El sol o astro rey, es el centro de nuestro sistema planetario, se estima que tiene aproximadamente 5 millones se años. Él nos estimula y nos alegra, pero hoy en día se sabe que puede ser muy nocivo…
El riesgo de aparición de cáncer en la piel, es directamente proporcional a la frecuencia e intensidad de la exposición solar, principalmente durante los primeros 18 años de vida.
La luz del sol llega a la tierra en forma de radiaciones, las cuales son filtradas por la atmósfera, permitiendo el paso de una parte de ellas. Las más importantes para nuestro estudio, por sus efectos cutáneos, son las radiaciones ultravioleta A y B.
Además del efecto filtro, al que se someten las radiaciones solares antes de llegar a la tierra, también intervienen otros factores, como la altitud (a mayor altura mayor intensidad), la latitud (hacia el Ecuador, los rayos inciden perpendicularmente) y el momento del día (entre 10 am y 2 pm, los rayos del sol son más intensos).
Por otra parte, es importante recordar las propiedades físicas de la luz, entre las que destaca la reflexión, que consiste en el rebote de la luz al chocar contra ciertas superficies. El porcentaje de reflexión depende de cada superficie, por ejemplo; la nieve refleja el 80% de la luz, la arena el 17% y el agua, el 20%. Por tanto, las radiaciones ultravioleta van a llegar a nuestra piel, tanto de forma directa, como indirecta.
Entonces: ¿Qué podemos hacer para evitar que las radiaciones UV lesionen nuestra piel? Muy sencillo, debemos usar protectores solares o fotoprotectores
Los protectores solares o fotoprotectores, son sustancias químicas que atenúan los efectos nocivos de los rayos ultravioleta, disminuyendo la cantidad que penetra en la piel.
Para comprender mejor este concepto, vamos a describir brevemente cada una de las radiaciones UV y su importancia:
Los rayos UVB tienen su mayor incidencia entre las 10 am y las 2 pm, abarcan longitudes de onda que van desde los 280 hasta los 310 nm, lo cual le permite llegar solo a los estratos más superficiales de la piel y provocar enrojecimiento e incluso “quemadura” solar, además; van a incidir sobre el ADN de las células de la piel, generando mutaciones, que de no ser reparadas, pueden generar un cáncer de piel.
Los rayos UVA están presentes durante todo el día y son los responsables de la pigmentación por sol (bronceado) e intolerancias al sol, además; inducen la producción de radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro por rayos ultravioleta o fotoenvejecimiento.
Por otra parte, es importante saber que los rayos UV van a actuar de distinta manera, dependiendo del color de la piel, cabello y ojos de las personas, lo cual denominamos FOTOTIPO CUTÁNEO (va desde el I al VI).
Abusar del sol tiene sus consecuencias; desde el envejecimiento precoz y la formación de lesiones benignas (como manchas, pecas y quemaduras solares), hasta lesiones premalignas y malignas, como el Cáncer de piel. Según cifras de la OMS, se registran entre 2 y 3 millones de nuevos casos de Cáncer de piel cada año, además; el Melanoma Maligno (El cáncer de piel menos frecuente pero más agresivo) es el 6to cáncer más frecuente y se calcula que una persona muere cada hora a consecuencia de un melanoma metastásico, por tanto se hace obligatoria la protección solar y el uso de fotoprotectores que cubran el espectro de luz UVB y UVA, recordando que el FPS de cada protector, el cual se refiere al tiempo que podríamos permanecer expuestos al sol sin quemarnos, es solo un valor aproximado y varía según el fototipo cutáneo, la manera de aplicarlo y las actividades que se realicen. Para lo cual les presentamos los siguientes tips y consejos prácticos.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Dra. Rosanelly Roye Pulido